
Ya no tengo esperanzas
Un padre de familia le pedía ayuda a Dios de la siguiente manera: «Señor, sabes que estamos necesitados y pasamos
¿Has pensado que el negocio que va a destruir el que hoy estás gestionando, ya existe?. Al menos de manera incipiente, tal vez en un garaje en California o, ahora que lo pienso bien, en un pequeño departamento en Estonia, Israel o Polonia. Pensar lo contrario es, sencillamente, no ver la realidad. O peor aún, no querer ver la realidad.
Llegamos a un momento en el cual el pasado ya no nos permite proyectar el futuro. Al menos para mí es imposible predecir qué va a pasar con los modelos de negocios, con los productos y servicios o con los consumidores. Lo que sí sé muy bien es lo que no va a pasar: cambios secuenciales. La obsolescencia de los modelos de negocios es más rápida que nunca. Podríamos decir que sufrimos de “obsolescencia precoz” o tal vez llamar a este fenómeno “obsolescencia acelerada”.
No es de extrañar entonces, en medio de la demanda colectiva de los usuarios a Apple por la supuesta obsolescencia programada del iphone, entender que si no lo hacen las marcas, lo hará el mercado, la competencia, tu cliente o tu proveedor. Es algo a lo que nos deberemos acostumbrar porque va a suceder cada vez con más frecuencia.
Un padre de familia le pedía ayuda a Dios de la siguiente manera: «Señor, sabes que estamos necesitados y pasamos
¿Te has preguntado alguna vez para qué sirve cada una de las partes del ala de un avión? ¿Has escuchado
La primera vez que escuché el término japonés kaizen fue en la universidad, hace ya algunas décadas. Al descomponer la
Hace algunos días leí una entrevista que le hicieron recientemente al CEO de Apple, Tim Cook. También hace muy poco
Casi todos los días me toca participar de alguna conversación en donde se habla de innovación, de creatividad y de
En un mundo hiperconectado, en donde los likes y los amigos virtuales son símbolo de estatus, liderazgo, poder e influencia,