A fines del año pasado tuve el privilegio de asistir a una charla del profesor y escritor israelí Tal Ben-Shahar, experto en psicología positiva y liderazgo, quien se encontraba en un tour por la región. Se me dio la oportunidad de conversar brevemente con él después de lo que fue una verdadera clase magistral que sacó ensordecedores aplausos.
Este profesor de Harvard, en su último libro, “Being Happy”, dice que, para lograr la felicidad, debemos experimentar la combinación de placer y significado. Si alguien considera que su trabajo es significativo, pero no placentero, no estará feliz haciéndolo. Por otro lado, un trabajo placentero pero carente de significado, tampoco logrará el objetivo, por lo que el interés en él se perderá rápidamente. Por lo mismo, dentro de sus investigaciones, la simplificación resultó ser primordial en el proceso de la búsqueda de la felicidad.
Nos ocupamos en exceso, tratando de meter más y más actividades en menos y menos tiempo, degradando la calidad de lo que hacemos. Por ello, saber decir “No” a los demás también a menudo significa decirnos “Sí” a nosotros mismos.
En un libro que cayó en mis manos el año pasado, «Emprender hasta los 90», encontré una regla fundamental : el arte de no terminar, que no es más que atreverte a dejar inconclusas las cosas que crees que no tienen valor. Sí, oíste bien, te estoy recomendando que las dejes sin terminar. Ya sea un libro, una película o lo que sea que no te esté produciendo el beneficio que buscaste. Más no necesariamente significa mejor. No tengas miedo de hacerlo o, mejor dicho, de no hacerlo. A pesar de que nuestros padres nos enseñaron a terminar todo lo que comenzamos (incluso la comida), no terminar puede ser la decisión correcta en muchas ocasiones.
Los que somos adictos al networking nos llenamos la agenda de manera extraordinaria. Es cierto que cada interacción puede resultar en una nueva amistad, un nuevo conocimiento e incluso nuevas oportunidades y negocios, pero el networking tiene un lado “B” , que contribuye de manera negativa a conseguir ese tiempo para nosotros. Como dice un conocido spot publicitario relativo al consumo de alcohol, hay que tomarlo con moderación.
Todo es un tema de equilibrios. Mira el gráfico de relación entre el nivel de presión y el estrés y ubícate donde quieras. Yo prefiero ajustarme a la intensidad que me dará la mayor performance, justo antes de transformarse en algo negativo que comience a deteriorar mi desempeño y me enferme. Tremendo desafío.