«Dios pone las mejores cosas de la vida del otro lado del miedo«
Así termina una breve charla que dio el año 2021 el reconocido actor Will Smith a un grupo de personas.
Cada vez que me enfrento a un nuevo desafío, siento algo de miedo y ansiedad. Una mezcla entre ambas cosas, que es la forma en la cual nuestra biología responde ante el temor al futuro, a lo desconocido, al «qué puede pasar».
Hace poco tuve la oportunidad de saltar en paracaídas. Era algo que quería hacer, pero, para ser honesto, siempre le hacía el quite. Excusas habían de sobra para no enfrentar el desafío. Estoy seguro que es lo mismo que tu y yo hemos hecho en muchas otras situaciones. Lo veo a cada rato con emprendedores que no se atreven. Excusas y más excusas.
Días antes del día D, en el cual saltaría, empezó a costarme conciliar el sueño. Mis pensamientos comenzaron a ser negativos y fatalistas. Pensaba en la posibilidad de falla del paracaídas o incluso en un infarto al momento del salto. Creo que el proceso previo fue algo sufrido. Algo que no debía haber sido así, considerando que fui piloto de aviones y planeadores por más de 16 años. Es decir, no le tengo miedo a las alturas.
Will Smith dijo esa frase en el mismo contexto. El saltó en el mismo lugar y con la misma empresa donde yo lo hice. Al relatar su experiencia cuenta que después de la eufora inicial sintió pánico, desde la noche previa hasta justo antes del salto. Para él, la experiencia era como enfrentarse a la muerte de manera voluntaria e incluso se cuestionó por qué había tomado esa decisión. De hecho, nunca había estado en un avión con la puerta abierta; “terror, terror, terror”, decía entre las risas de los oyentes. Pero todo eso fue antes… antes de saltar.
Después de haber saltado puedo decirles que me pasó lo mismo. En el momento de mayor peligro, al saltar, desapareció completamente el miedo. Parece increíble, pero así fue.
Los 50 segundos de caída libre fueron una de las experiencias más maravillosas que he vivido. El miedo desapareció en el mismo segundo de salto y el haberme atrevido y haber sentido lo que es volar (o mejor dicho caer), sin nada que te sostenga, fue realmente extraordinario. (Tengo un video del salto https://youtu.be/zKOZYSq2nDs)
La mayoría de las veces los grandes premios llegan después de que nos aventuramos a lo desconocido y nos arriesgamos a salir de nuestra zona de confort.
Son los pensamientos, el llamado lenguaje de nuestro cerebro, los que pueden traicionarnos y evitar que lo intentemos. Por ese debemos utilizarlo para atraer lo que queremos en nuestra vida con el mensaje correcto.
La próxima vez que sientas miedo y ansiedad y veas que no estás logrando lo que quieres o sientas que tus emociones te traicionan, piensa en qué mensajes está generando tu mente. Si queremos cambiar algún aspecto de nuestra realidad, tenemos que pensar, sentir y actuar de una forma diferente. La mente puede entrenarse. Se puede. Por eso, atrévete, porque las mejores cosas se esconden detrás del miedo!