Biomimetismo es una disciplina relativamente nueva, que, a través del aprendizaje e inspiración de la naturaleza y su imitación, pretende resolver desafíos humanos en diversos aspectos, orientado especialmente al diseño de procesos, productos y políticas.
Entender cómo funciona la vida y la naturaleza, y cómo los seres humanos debemos relacionarnos con ella, es la base de la filosofía que abraza esta práctica-ciencia. Los desafíos que enfrentamos como sociedad, en un mundo cada vez más estresado, nos exigen buscar nuevas formas de enfrentarlos, de manera sostenible y solidaria con todas las formas de vida de nuestro planeta.
Es probable que tú, al igual que yo la primera vez que escuché este término, dijeras ¿qué %$&@# es eso? Para explicarte, mejores son los ejemplos. ¿Has escuchado o tenido la oportunidad de viajar en un tren bala? Estos trenes imitan el diseño de las aves, específicamente del pájaro Martín Pescador, con el fin de eliminar la resistencia que se produce en la parte delantera de los trenes tradicionales, haciéndolos más eficientes y rápidos.
Otro ejemplo son los edificios que autoregulan su temperatura, tal como lo hacen los nidos de las termitas. Copiando su diseño, a través de un gran túmulo con forma de chimenea, logran mantener su temperatura constante y refrigerada, con un mínimo o nulo gasto energético. Si desperté tu curiosidad con esta obra arquitectónica, te invito a conocer el Eastgate Centre en Zimbawe a continuación.
Un último ejemplo, y uno de los más conocidos, es el famoso velcro. Este descubrimiento fue realizado en 1941 por un ingeniero, quien al ver cómo cierto tipo de semillas se le habían adherido a su ropa después de un día de caza junto a su perro, se dio a la tarea de replicarlo en un sistema de cierres que unía dos partes de diferente textura, producto que posteriormente fue patentado y hoy es muy usado en todo tipo de industrias y empresas, incluida la NASA.
Ejemplos de estas innovaciones basadas en la imitación encontradas en la naturaleza hay muchas, pero más allá de ello, lo interesante es el aporte real que significa seguir estos modelos de creación.
Según el Instituto de biomimetismo, fundado en 2006, esta forma de mirar el mundo y aportar al desarrollo no sólo trae nuevas esperanzas de resolver los grandes problemas de la humanidad, sino que también trae un poco de alivio al ser humano. El saber que la naturaleza por sí misma se encarga de resolver todos sus problemas, da la garantía de que se trata de métodos validados y accesibles. Entonces, por qué no utilizar a la propia naturaleza como nuestro mentor y permitirle enseñarnos cómo enfrentar a través de la economía circular, el diseño regenerativo y la sostenibilidad, los grandes problemas que hoy enfrentamos en temas como el agua, el aire o el suelo.
Estoy seguro que de economía circular sí habías oído hablar. ¿Sabías que el 90% de la materia prima usada en la fabricación se pierde antes de que el product0 salga de la fábrica y el 80% de los productos terminados terminan en la basura en sus primeros seis meses de su ciclo de vida? (Rubbish!, Richard Girling).
Es por eso que buscar en la naturaleza nuevas formas de procesos que permitan hacer un uso adecuado de los recursos, reutilizando, reformando, reciclando y transformando hace el total de los sentidos. Es una economía que se inspira en ella y para ella, con respeto por ella y el cuidado del medio ambiente.
Después de ver el documental del Netflix, El dilema de las redes sociales, una frase me dejó especialmente pensativo.
«Vivimos en un mundo en que un árbol vale más muerto que vivo, en el que una ballena vale más muerta que viva». Creo que esa frase resumen todo lo que esta nueva forma de ver las cosas puede ayudar a cambiar y no amerita más comentarios.
Para finalizar, te invito a revisar la charla TED de Michael Pawlyn, donde podrás ver extraordinarios ejemplos de cómo pequeños hábitos de la naturaleza podrían transformarnos como sociedad.