Estoy con la bandeja en la mano recorriendo con la mirada el lugar, en búsqueda de una mesa vacía para poder sentarme. Pero no veo ninguna desocupada. Espacios hay muchos, pero todas las mesas tienen al menos un comensal. No se en cuál sentarme. Me quedo congelado, con la mirada perdida, hasta que decido por una, la más cercana.
¿Cuántas veces te has visto en una situación similar? Ya sea porque no nos gusta salir de nuestra zona de confort, tenemos creencias limitantes, le tenemos «miedo al miedo» o simplemente preferimos mantenernos en nuestro espacio interior, estoy seguro de que lo que describo nos ha pasado a todos alguna vez.
No fue hasta hace poco que tomé la decisión de nunca más comer solo. El sentarse a comer acompañado es una buena oportunidad para establecer relaciones y conversaciones interesantes con otros, en momentos distendidos, en donde no existe la presión por obtener algo a cambio, sino que se trata más bien de disfrutar del momento, desinteresadamente.
Construir una buena red lo antes posible es la base del «éxito» profesional. Los que me conocen saben que no me gusta esa palabra, pero me veo obligado a utilizarla cuando hablo de negocios. Cualquiera puede intentarlo para alcanzar ese éxito. La gracia de todo esto es que el background profesional o cuan inteligente seas no son las partes fundamentales de la ecuación. Lo fundamental es desarrollar redes exitosas, en donde la base es ayudar a otros. Si eso ocurre, pronto te encontrarás en una red colaborativa, de la cual tú también podrás beneficiarte.
Aunque el contacto permanente con otros, de forma fría e intrascendente, sólo genera inquietud y estrés, y las personas inteligentes tienden a resolver sus problemas y dudas por sí mismas, un estudio de British Journal of Psychology reveló que depositar la confianza en otras personas es esencial para nuestra supervivencia y éxito profesional.
Ayudar y confiar en otros hace que le gustes a los demás y la gente hace negocios con quienes se sienten cómodos, con quienes confían y les gustan. No se trata de administrar transacciones, se trata de administrar relaciones, como lo indica Keith Ferrazzi en su libro bestseller del New York Times «Never eat alone«.
En los tiempos que corren las redes resultan ser aún más fundamentales que antes. Ya nadie trabaja toda su vida para una sola empresa, por lo que estar conectados es lo que nos permite descubrir y aprovechar las oportunidades que se nos presentan, ya sea en una nueva empresa o comenzando un nuevo negocio. El momento para comenzar a construir esa red es ahora.
Todo parte con un tema de mentalidad, en la cual la generosidad debe imperar como clave del éxito para ser un buen networker. No se trata de no pedir ayuda, sino que de estar con la misma disposición a darla sin esperar una recompensa por ello. Como señala Ferrazzi «el hombre hecho a sí mismo no existe, estamos hechos de miles de otros»
Hace un par de años un ingeniero que había sido despedido de una corporación en sus 50’s me dijo «Me ha sido difícil encontrar trabajo como consultor. He publicado en LinkedIn, pero he tenido nulo éxito«. Le pregunté qué aportes había entregado en esa red profesional previamente. Quise saber si había contribuido a otros o generado algún capital social en ella. Rápidamente me percaté que no. Simplemente la estaba utilizando en su momento de desesperación, para pedir ayuda. Nadie lo conocía, como persona ni mucho menos como profesional.
El contenido es tu diferenciación. Debes mostrar tu valor y experiencia en el tema que te apasiona, comunicando ese valor a través de tu marca personal. Muchos hablan y critican el «autobombo». Un día escribiré sobre ello, porque es verdad que existe. Pero aquí estoy hablando de algo distinto, de hacer un esfuerzo por conectar con otros con un propósito claro de ayudar y aportar para hacer de este mundo un lugar mejor.
Por eso, no se trata de generar redes porque sí. Es necesario tener claro el objetivo que se persigue y moverse de acuerdo a lo que te apasiona, para crear los lazos con las personas correctas. Encuentra esa pasión para definir ese nuevo objetivo en la vida. Tus sueños y talentos son los que te pueden llevar al lugar que deseas, pero antes debes hacerlo explícito.
¿Te ha pasado alguna vez que crees que un amigo o conocido será la persona que más te ayude en tu necesidad? En general ocurre lo contrario. A menudo, las personas más importantes en nuestra red no son la familia ni los más cercanos. Si has construido una buena red, tendrás en tu círculo a mucha gente diversa y de otros círculos, por lo que el acceso a conocimiento e información no disponible para ti cobrará un valor relevante a la hora de activar esas relaciones y compartir conocimiento. Conecta con gente cada vez que puedas, aunque no veas el valor inicial, pero no los uses de manera transaccional. Intenta crear lazos más profundos a través de temas como la salud, el dinero o los hijos.
Las redes sociales responden a una progresión geométrica. Eso significa que cada nuevo miembro aporta mucho a la red, aumentando su valor de manera exponencial y generando más oportunidades para más personas, lo cual crea una asociación en expansión, como lo es la Internet misma. Por ello, la realidad es que nunca ha existido un mejor momento para relacionarse. Una buena red de personas nos ayuda además a que se cumpla la separación teórica de seis grados entre dos personas cualquiera en el mundo. Según esto, cualquier persona con quien quieras contactarte, está a un máximo de seis relaciones de conocidos entre tú y esa persona, probablemente menos. Si quieres saber más de esto, te invito a leer el libro Six Degrees: The Science of a Connected Age del sociólogo Duncan Watts.
En la era digital no hay ninguna razón para vivir y trabajar aislado, aunque el trabajo remoto nos haya obligado a lo contrario. Hoy podemos estar más conectados que nunca y debemos aprovecharlo. El éxito profesional depende de a quiénes conoces y de cómo te relacionas con ellos. Por eso, si tienes la oportunidad de sentarte a compartir una comida, hazlo y nunca más te sientes a comer solo.