¿Te gustaría trabajar en una empresa sin jefes?

No es nada nuevo, pero pocas compañías se atreven a implementarlo. Se trata de un sistema organizativo basado en el liderazgo distribuido, que lleva más de 13 años adoptándose por distintas empresas en el mundo, como una forma de descentralizar la toma de decisiones, dar mayor autonomía y empoderamiento a las personas y, en consecuencia, mejorar los resultados de las empresas.

¿Es realmente posible una organización así? En este tema, como en la mayoría de las cosas, nos encontramos con detractores y promotores de este método de administración, el cual no cualquiera se atreve a implementar. Es contra-intuitivo de base pensar que una empresa no caerá en la anarquía y el caos sin la estructura tradicional, jerárquica y piramidal, donde las responsabilidades parecen estar mejor definidas.

En 2009 se redactó la primera  Constitución Holocracy https://www.holacracy.org/constitution, que define los principios y prácticas de este sistema organizativo. El modelo se basa en un conjunto de reglas, procesos, controles y pautas, un verdadero sistema operativo, en el que las unidades que lo componen se autoadministran y son autosuficientes, organizándose en células o círculos de trabajo, con roles y funciones claramente definidas. La idea es fomentar el liderazgo de cada trabajador para aumentar su eficiencia, agilidad, transparencia, emprendimiento, innovación y responsabilidad. El cómo se ejecuta el trabajo es determinado por cada individuo, donde el único rol superior está dado por un líder o lead link, quien debe asegurarse que el trabajo sea completado. Aquí se trata de saber exactamente de qué soy responsable, pero con la libertad de cumplir con ello como crea que es mejor, sin cuestionamientos. Por tanto, es una estructura en la que la toma de decisiones las toman los propios trabajadores y no las altas jerarquías, implicando así a los empleados en su trabajo.

Una de las empresas emblemáticas en el uso de holocracy es Zappos, la icónica tienda online de zapatos originaria de Las Vegas, quienes desde el 2015 lo están usando. Aunque no han estado libres de problemas, continúan usando esta herramientas y uno de los mayores logros está relacionado con el foco de los empleados en los clientes, accediendo a su feedback permanente para lograr un efecto WOW continuo con ellos.

Según ellos mismos comentan «..es que con a holocracia, hacemos lo implícito EXPLÍCITO! 🙂 O en otras palabras, usamos holocracia para expresar claramente nuestro trabajo, nuestras responsabilidades y nuestros propósitos.»

Son varios los ejemplos en donde la autogestión ha generado impacto positivo. Volvo, en una de sus plantas en Suecia, logró reducir en un 90% los defectos en 1987. FedEx redujo los errores de servicio en un 13% en 1989 y la Cía. de alimentos General Mills aumentó su productividad hasta en un 40% en las plantas que adoptaron este tipo de equipos.

El tema que parece más complejo de resolver es la comunicación entre los grupos o círculos de trabajo. Para asegurar la transmisión de información entre ellos, cada grupo de trabajo se vincula con los de mayor responsabilidad al compartir al menos dos de sus miembros. Es decir, dos personas funcionan como canales de transmisión de información entre dos grupos, para dar coherencia al proyecto. También, como los grupos de trabajo son por proyectos o áreas  y no por departamentos, es más fácil adaptar la estructura a las condiciones cambiantes de la organización. La idea es minimizar las reuniones, dejando sólo las imprescindibles, para lo cual la tecnología debe ser un facilitador relevante de estos procesos ya que se necesitan canales muy abiertos y funcionales.

Lo que las empresas siempre han soñado pareciera ser que la holocracia lo entrega. Ese añorado balance entre fiabilidad y flexibilidad, que elimina la concentración de poder en la zona superior de la pirámide y la distribuye en la organización, podría ser una buena respuesta a las organizaciones modernas y ágiles. Es por ello que se trata de un modelo mejor adaptado para funcionar en startups y empresas que hayan podido erradicar el ego y estén libres de burócratas, a veces abundantes en las corporaciones. Si quieres saber más de esto, puedes visitar  esta colección de artículos en Medium.

Es de esperar que el sacrifico en fiabilidad en pos de la velocidad y adaptabilidad no terminen pasándole la cuenta a las empresas cuando éstas se vuelven más grandes y complejas.

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