Todos somos influencers

En un mundo hiperconectado, en donde los likes y los amigos virtuales son símbolo de estatus, liderazgo, poder e influencia, se hace más necesario que nunca analizar la importancia de las relaciones reales y su valor. Esas personas que nos ayudan a crecer y a desafiarnos, motivándonos a ser mejores personas y profesionales, sin enviadas ni falsas corazas.

A Jim Rohn, exitoso empresario, autor y orador motivacional, mentor de destacados personajes, entre ellos Tony Robbins, se le reconoce mundialmente por la conocida frase «Eres la media de las 5 personas con las que pasas más tiempo«. Lo que esta frase nos dice, más allá de si estás o no de acuerdo, encierra una gran verdad.

Yo elijo rodearme de aquellos que sumen, o al menos no resten, de personas transparentes y sin dobleces, que luchan por superar el miedo y no tienen temor a mostrarse vulnerables. Hace algunos años, no muchos, decidí dejar atrás las relaciones tóxicas y a las personas hipócritas, esas que sólo restan. Desde entonces, me he distanciado de algunos que consideraba cercanos o incluso amigos, pero han entrado en mi vida muchas más personas que han logrado impactar en mi y en el propósito que me he plantado, con quienes hemos desarrollado relaciones de alto valor.

Es conocido que las personas tienden a parecerse a quienes las rodean y con quienes comparten más tiempo. Los hábitos y conductas que tenemos son contagiosos, por lo que nos asemejamos a las personas con las que pasamos más tiempo en nuestra vida.

A lo mejor nunca lo pensaste, pero te invito a que hagas una lista de esas cinco personas con las que más compartes, no familiares, y analiza sus gustos, intereses, desafíos, habilidades, conocimientos, hobbies, nivel sociocultural, etc. y verás que se parecen mucho a los tuyos. Junto a esta reflexión, analiza si están aportando positivamente a tu vida, más allá de lo entretenido que pueda ser pasar un rato con ellos. Piensa también si, por el contrario, pueden estar limitándote en tu crecimiento y desarrollo personal y en tu vida.

Jim Rohn señala que luego de conversaciones profundas o cotidianas con la gente que te rodea, estas personas comienzan a  influir en ti de cierta manera, sin que te des cuenta. La forma en que esto ocurre es que comenzarás a imitar algunos de sus hábitos, incluso cosas simples, como lo que comes, como te vistes o tu rutina de entrenamiento físico.

No se trata de que elijas a tus amigos por una ecuación de valor transaccional. No es eso lo que estoy diciendo aquí. Simplemente estoy sugiriendo, dado que nuestro tiempo es limitado, que si lo que buscas es un cambio transformacional o mejoras en tu vida, busques a las personas adecuadas para impulsar ese cambio, donde hace sentido que ellas tengan cualidades positivas y compartan tus valores. No olvides el poder de estas personas sobre ti, cuyos cambios se dan en períodos largos de tiempo y los que sólo notarás si tomas conciencia de ello y decides observarlo de manera racional.

Sigmund Freud dijo que «No elegimos a los otros al azar, nos encontramos con aquellos que ya existen en nuestro inconsciente». Nada es porque si, incluso cuando esas personas nos hacen daño, es porque algo debemos aprender de ellas. El inconsciente es involuntario a nuestro estado consciente y contiene toda la información de nuestra historia, con las creencias y paradigmas que se han formado en nuestro ser.

Ahora que hiciste el ejercicio anterior, ponte a pensar cuánto influyes en otros. A lo mejor eres una de esas 5 personas para mucha gente. Eso abre un espacio de responsabilidad en ti que no debes evadir. Es obvio que somos una de ellas para nuestros hijos, pero al igual que los niños imitan y aprenden del comportamiento de sus padres, estamos influyendo también en nuestra sociedad a través de esas personas sobre las cuales ejercemos influencia, por lo que tenemos el deber moral de influir de manera positiva y facilitarles el aprendizaje en su proceso personal de crecimiento.

Como puedes ver, sin pensarlo, todos somos influencers. Elige bien de quiénes quieres influenciarte y hazte cargo, responsablemente, por los que estés influenciando.