Si la curiosidad mató al gato, a tí te puede alargar la vida

Hace un tiempo me topé con una destacada periodista y escritora española, contadora de historias inspiradoras, como ella misma se define, y quedé realmente encantado con la forma en que esta mujer, Teresa Viejo, transmite sus ideas. De hecho desde ese instante me volví un fiel seguidor de sus novelas, charlas y blogs , por lo que ahora quiero compartir con Uds. una de sus grandes enseñanzas.

No habría imaginado jamás que la curiosidad es un gran secreto para frenar el paso del tiempo. Así lo demuestran estudios serios realizados sobre el tema, primero en animales y hace poco, también comprobado en humanos.

Siempre me ha llamado la atención la gente curiosa, la que busca aprender más y descubrir cosas nuevas, incluso con el riesgo de fracasar en el proceso. Hasta escuchar a Teresa creo no me había detenido en profundidad a buscar tampoco la relación que existe entre la curiosidad y el encuentro del sentido de la vida y el aprovechamiento de las oportunidades que genera esa conducta. Mucbo escribí sobre aprovechar la oportunidad en mi reciente libro, pero no establecí la relación directa y explícita con los beneficios que nos puede brindar la curiosidad.

Un estudio de un equipo de neurólogos estadounidenses de la American Psychological Association (APA) siguieron durante 5 años a más de 2 mil personas de entre 60 y 85 años y les midieron el «cociente de curiosidad», algo que todos tenemos, tal como podemos medir, por ejemplo, nuestro cociente intelectual. Lo increíble es que después de los 5 años , las personas que tenían mayor cociente, es decir, las más curiosas, eran las que seguían vivas.

Pero ¿ cuál podría ser la relación entre la curiosidad, la longevidad y la capacidad de las personas de aprovechar las oportunidades?. Es claro que las personas más curiosas, más inquietas y que más se cuestionan, son también aquellas que más encuentran respuestas a sus preguntas e inquietudes de vida. Los que he llamado «sanos inconformistas» están siempre en búsqueda de cambio, de cosas nuevas, lo que obviamente los mantiene activos mentalmente y también les aumenta los niveles de incertidumbre. Pero mientras más incierto es el futuro, como contraparte, más se estimula nuestro cerebro a través de la curiosidad y la generación de dopamina, un verdadero protector cerebral que nos alarga la vida, o dicho de otra forma, nos dilata la muerte.

Lo anterior está relacionado con la búsqueda de recompensa que la misma dopamina nos genera al alimentar nuestra curiosidad. Este neurotransmisor tiene como función principal regular la motivación, el deseo y el aprendizaje, lo que nos impulsa a buscar resultados placenteros y, mientras más inesperados, mejor aún.

Son Uds. de aquellos que cuando tienen la oportunidad de viajar, buscan destinos extraños, nunca antes visitados, a lo mejor exóticos, en los que puedan descubrir y aprender aunque eso signifique un mayor esfuerzo logístico y de preparación, por el idioma, la distancia o lo recóndito del lugar?. ¿O son de los que prefieren repetirse el plato, porque así se van a la segura?

¿Son Uds. de los que les apasiona la emoción que produce una experiencia nueva y desconocida, aunque pueda generarles stress inicialmente? ¿ Son de los que se desafían permanentemente ? ¿ O forman parte del grupo de personas que prefiere mantenerse dentro de la zona de confort y que nadie los moleste?

Les tengo otra noticia que podría motivarlos a cambiar, si es que están en el segundo grupo de personas: Las personas curiosas son también más felices.

Por eso, desde ahora, que ya sabes el secreto, proponte aprender algo nuevo cada día. Haz el cambio de mentalidad necesaria, de una rígida a una flexible, que te permita romper los paradigmas de lo establecido para darte la libertad de imaginar y hacerte preguntas transformadoras. Invítate a descubrir algo nuevo en cada actividad que realizas, con la apertura necesaria que permita el aprendizaje.

Recuerda que el primer paso es tuyo y está en tu mente y en tu actitud ante la vida. Nunca dejes de aprender. Nunca mates tu fuente de curiosidad.

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