Los buenos managers roban y no trabajan

La gente que me conoce sabe que siempre intento dar una mirada distinta a los paradigmas de negocios tradicionalmente aceptados, tratando de darles una «vuelta de tuerca», como podríamos decir en jerga más común. Me gusta referirme a esa lógica como «pensar al revés», aunque muchas veces es más sencillo que eso y basta pensar más simple. Soy un convencido de que la mayoría de los problemas que enfrentamos en la vida tienen una solución más simple de lo que creemos. Es por esa misma simplicidad que nuestra mente las descarta, acostumbrada a creer que los problemas complejos deben estar asociados a soluciones también complejas.

Pero si miramos el mundo de las startups, podremos ver que las empresas más exitosas y cuya adopción ha sido más rápida por parte de los clientes y usuarios, han basado su éxito en dos premisas. Un problema real a la vista y una forma simple de resolverlo. Me gusta siempre ejemplificar esto con la adquisición de Instagram por parte de Facebook, en Abril del año 2012 por mil millones de dólares. Instagram era una aplicación de fotografía, que, con un sólo click, permitía mejorar la calidad de las imágenes que millones de jóvenes capturaban con sus celulares, transformándolas en fotografías que parecían profesionales. Tomó tal popularidad, que superó a las cientos de aplicaciones que existían, muchas de ellas más poderosas y sofisticadas. Estoy convencido que lo que ganó fue la simplicidad. Menos es más.

En el mundo del management está lleno de literatura que nos enseña cómo liderar y administrar empresas, con consejos a veces difíciles de digerir o en un lenguaje para expertos. Se echan de menos las lecciones simples, a veces contraintuitivas, que nos permitan acercarnos al mismo objetivo de ser buenos gerentes. Me tocó hace poco tiempo encontrarme con un artículo de la revista Forbes que resumía, en fácil, algunas de estas habilidades principales.

Independientemente de si eres jefe, si debes reportarle a uno o ejerces ambos roles, existen ciertas habilidades básicas que deberías mirar y trabajar para ser un gran gerente. Aquí seleccioné tres, que me parecen de las más importantes.

La primera habilidad es aprender a robar. Sí, leíste bien. Los buenos managers son expertos robando ideas. No se trata de copiar burdamente, sino que de reinventar y adaptar, combinando ideas que ya existen y transformándolas en algo “nuevo”. A partir de ese proceso, la imaginación y creatividad propia nos llevará a través de un camino único que nos permitirá diferenciarnos del producto o servicio original y desarrollar nuestra propia identidad. No parece tan malo que robemos ideas. Le hace bien a la sociedad. Las ideas debieran compartirse siempre, ya que el verdadero valor está en la ejecución. Al compartirlas, se genera valor en el mercado y una sana competencia que permite que los productos evolucionen, filtrando las buenas ideas de las malas, emulando a quienes ya han recorrido el camino. Te invito a leer este post que escribí hace un tiempo sobre este tema.

Pero como las ideas por sí solas no valen nada y el valor está en su correcta ejecución, revisemos la segunda habilidad esencial.

Los buenos managers no deben sabérselas ni hacerlas todas. Reconocer que uno no sabe es parte de la receta del éxito. Aunque parezca extraño, reconocer que no sabemos y atrevernos a pedir ayuda cuando sentimos que la necesitamos es una habilidad. Sí, es una habilidad. El peor error que puede cometer un profesional es intentar hacer lo que no sabe hacer, si tiene la posibilidad de ayudarse de otros. Pide ayuda cada vez que lo necesites. A veces puede ser un simple consejo, por lo que si tienes un mentor, apóyate en él.

La tercera y última habilidad de la que te hablaré aquí es la más contraintuitiva. Bill Gates alguna vez escribió que uno de sus grandes aprendizajes de liderazgo lo obtuvo de Warren Buffett.  Él vio cómo Buffett usaba una pequeña agenda para todas sus reuniones. Al mirarla mientras anotaba en ella, vio que en vez de estar a tope, tenia días enteros sin una sola reunión en la agenda. Para Gates, a quien en todo momento demandaban su tiempo, esto era inimaginable. Buffet debía tener una agenda tan llena como la de él, por lo que algo no cuadraba.

La lección de esto es que un buen manager debe lograr que su empresa funcione aún sin él. El éxito sucede a partir de su equipo, organizado y comprometido de manera eficiente para hacer que las cosas pasen. La mente del manager, como la de un buen visionario, debe estar disponible para diseñar la estrategia y ayudar a que se tomen las mejores decisiones en pos de esa visión. Hay un libro lanzado recientemente, escrito por mi hermano Alexis, que ayuda a entender de manera muy clara y didáctica lo que le pasa al visionario cuando la empresa comienza a crecer y a depender de él cada vez más, lo que lo lleva irremediablemente a encerrarse en su propia Jaula de Oro. Ver https://apanio.com/tvp-jauladeoro/producto/13766/la-jaula-de-oro

Como puedes ver, las lecciones más importantes para ser un buen manager muchas veces son más simples de lo que creemos y no siempre están en los grandes libros de administración. Consejos simples que, si los internalizas, pueden ayudarte a acortar los procesos de aprendizaje necesarios. Aprende a robar y a delegar, dos grandes secretos que seguramente nadie te contó en la universidad.

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